En el sur de Chile se respira Alemania. Sobre todo en ciudades como Frutillar, Puerto Varas, es decir, todos aquellos lugares que están a las orillas del lago Llanquihue.
Yo no sé si habrá otro lugar en Latinoamérica donde se sienta tan fuerte la germanofilia, porque descendientes de alemanes siempre habrán, por todo el mundo, pero sitios donde las tradiciones se conserven tan bien y por tanto tiempo, francamente no sé si existen en otras latitudes.

Los primeros flujos de migrantes alemanes llegaron allá por el 1850. Más de un siglo ha pasado y en estas ciudades ¡las costumbres alemanes siguen tan vivas!.
Un viaje periodístico me llevó a esta zona, que la recorrí caminando y donde tuve la oportunidad de conocer a chilenos-alemanes que siguen hasta el día de hoy cultivando sus tradiciones.
Me gustaría que esto sucediese con todas las culturas: no sólo europeas, sino también indígenas, africanas y latinoamericanas. Que nunca se pierdan las raíces, ya sea con el idioma, la comida, inclusive los modales, porque cuando hay pérdida, entonces viene esa palabra que a veces leemos en los libros de historia: «la extinción».
Conversé para este trabajo con una investigadora, quinta generación de alemanes, y me contaba que aquello de la no-pérdida de tradiciones en la zona pudo deberse a la endogamia. Los primeros alemanes que llegaron a las orillas del lago Llanquihue se casaban sólo con alemanes. Eso puede ser una razón…

Durante esta aventura algo que llamó mi atención fue encontrarme con chilenos, con antepasados alemanes, que conservan muy bien la lengua de Goethe. Sie können auf fließend Deutsch sprechen!
Además, hay que tener en cuenta que muchos de estos chilenos son cuarta generación de inmigrantes alemanes y ¡aún pueden hablar muy buen alemán!
Sobre el Launa Deutsch, que sería esa derivación lingüística que mezcla alemán y español, y que se habla en estas ciudades, sólo puedo decir que existe y sigue un tanto presente, pero que no puede considerarse un dialecto como lo señala Wikipedia. Es más bien una lesión de la lengua alemana y que como me comentó una lingüística que hizo una Hausarbeit (tesis) sobre esto, nace del contacto entre colonos alemanes y obreros chilenos que llegaron a finales del Siglo XIX a trabajar a la zona.
Por cierto que no es conveniente allí preguntar: Sprechen Sie Launa Deutsch? (¿Habla el idioma de la laguna?). Digo esto porque el Launa Deutsch se asocia con un alemán mal hablado o que tiene bastantes errores en su gramática (erradas declinaciones, uso de palabras que no existen, mezcla de las dos lenguas).
Sin embargo, para mí más que un alemán con errores es un bonito resultado de las relaciones Chile-Alemania. Son alemanes, que llegan a nuevas tierras, se mantienen en Chile, luego se mezclan con los chilenos, entonces, ocurren estas mixturas.
Estas mixturas están por todo Chile, y no sólo con la cultura alemana. ¡Eso me encanta bastante porque los países con mezclas de culturas son los que más esconden historias fabulosas, dignas de ser contadas!
En conclusión, en la Región de Los Lagos, y al menos en las ciudades que visité, se siente la germanofilia. Fue casi como estar en un pequeño estado de Alemania, donde toda la gente se conoce, se come bien rico y se escucha mucha música. La música es parte de la vida citadina en Frutillar, Llanquihue y Puerto Varas. Especialmente en esta primera ciudad, que cuenta con el famoso y destacado Teatro del Lago, donde durante todo el año, y con un amplio programa multicultural, se realizan espectáculos de primer nivel. ¡Vale la pena, alguna vez en la vida, asistir a uno!
Aquí mi trabajo publicado en DW sobre un el viaje, las impresiones, los paisajes, las personas y los idiomas.
http://www.dw.com/es/el-alema%C3%B1ol-del-sur-de-chile/a-19541116
Muchos saludos,
Natalia Messer