La cruenta batalla naval de la I Guerra Mundial que se libró frente a las costas de Sudamérica
El domingo 1 de noviembre de 1914, a las 16:30 de la tarde, se escucharon los primeros cañonazos en Bahía de Coronel, en el sur de Chile.
Es una guerra europea al frente de costas sudamericanas.
La flota alemana, integrada por cinco cruceros y dirigida por el almirante Maximilian von Spee, forma una especie de cerco hacia la Bahía de Coronel, dejando a las 4 embarcaciones inglesas -comandadas por Sir Christopher Cradock- fuera de aguas neutrales.
El crucero alemán S.M.S Scharnhorst es el primero en abrir fuego contra el acorazado británico H.M.S Good Hope, que comienza rápidamente a arder.
Le seguiría, y muy pronto, el crucero H.M.S Monmouth, que recibió ataques de dos buques alemanes, por lo que terminó dándo vuelta de campana.
Relatos de la época señalan que las lenguas de fuego de los cruceros ingleses alcanzaron los 60 metros, algo así como la altura de un edificio de 20 pisos.
Y para cuando la noche cayó, ya se daba por ganadora a la flota de von Spee. Los dos buques británicos que lograron salvarse recalaron averiados en el puerto de Coronel. En tanto, tres cruceros alemanes partieron victoriosos hasta la ciudad de Valparaíso.
La batalla de Coronel o «del día de Todos los Santos», como también se le conoce, se convirtió en el hecho bélico más sangriento ocurrido en costas chilenas, por su gran número de muertos (1.590).
El historiador naval Germán Bravo Valdivieso, autor del libro «La Primera Guerra Mundial en la costa de Chile: una neutralidad que no fue tal», explica a BBC Mundo que esta derrota no fue «una más» para los británicos.
«Esta es la primera derrota del Reino Unido después de más de un siglo invictos, y por lo que perderían luego el control del Pacífico Sur», dice a BBC Mundo.
La derrota fue un golpe duro. Ni siquiera el almirante Cradock pudo salir vivo de las aguas. La Armada de Chile envió un transporte marítimo en busca de náufragos, pero no se encontraron sobrevivientes.
Un alto al juego
Un testigo de la época, pero de corta edad, fue el fallecido abuelo de Manuel Gutiérrez González, historiador chileno, y quien se ha interesado en investigar más sobre este episodio.
Manuel González Espinoza tenía 7 años cuando presenció la batalla desde el sector de Buen Retiro, en la ciudad de Coronel.
Su padre, Manuel González Thompson, era administrador de las minas de carbón de Buen Retiro y debido a este cargo su casa se ubicaba en la cima de un cerro con amplia vista al mar.
Los recuerdos de Manuel González Espinoza, empiezan cuando jugaba por la tarde con su hermano menor, Francisco.
El juego se vio interrumpido por un llamado apresurado de su padre, quien los llevó hasta la terraza y les pidió mirar hacia el horizonte.
«¡Sentí un ruido, luego vi los fogonazos en el horizonte, cerca de la isla Santa María donde se podía apreciar el combate», le decía Manuel González hace exactos 18 años a su nieto Manuel Gutiérrez.

Aunque no hay antecedentes del lugar preciso donde se libró la Batalla de Coronel, historiadores como Germán Bravo estiman que pudo ocurrir entre las 10 y 20 millas de la costa.
«Esto pudo ser así por la dificultad que tuvieron los británicos de ver a los buques alemanes a la puesta de sol y al confundirse con la costa», cuenta Bravo a BBC Mundo.
Con esas distancias estimadas, los fogonazos de los cruceros dañados, como el H.M.S Good Hope o el H.M.S Monmouth, podían entonces fácilmente avistarse.
La revancha
Pero la estrategia del Almirante von Spee, más una serie de eventos que podrían considerarse de «mala suerte», hicieron que la victoria germana no se mantuviera por mucho tiempo.
«El almirante Von Spee quería llegar a Alemania con sus buques y bien podía sortear las Islas Falklands, pero quiso tomárselas e instalar un gobernador en ellas, destruyendo las instalaciones», cuenta a BBC Mundo Germán Bravo.
En las Malvinas-Falklands, von Spee estaba seguro de que sus buques eran suficientes para hundir a la flota británica, pero se equivocó.
Nuevos buques británicos habían llegado a la zona: el H.M.S Invincible y el H.M.S Inflexible. Esto daría ventaja a los británicos.

El S.M.S Scharnhorst, el buque alemán que durante la batalla de Coronel fue el primero en abrir fuego, recibió de lleno la revancha británica.
En este crucero quedaron atrapados el almirante Maximilian von Spee y los 795 hombres. Se hundieron a las profundidades.
Otro desastre más, esta vez en el océano atlántico, también con un listado de miles de muertos.
La batalla de las Malvinas-Falklands dio el triunfo absoluto a los británicos y solo un buque alemán pudo escapar del combate: el S.M.S Dresden.
Este buque sería hundido en marzo de 1915 en el Archipiélago de Juan Fernández, sur de Chile, por los propios alemanes, al verse acorralados ante la flota británica.
Los más de 300 tripulantes alemanes sobrevivientes de este barco serían más tarde internados por cuatro años en una isla del centro sur de Chile llamada Quiriquina.
Cuasi neutralidad
Un tema de discusión en Chile durante la Primera Guerra Mundial fue su neutralidad, especialmente por no intervenir en los combates.
«Chile se declaró neutral, pero ayudó abiertamente a las fuerzas aliadas,incluso el Ministro Plenipotenciario Británico tenía muchos vínculos con la Armada de Chile», asegura a BBC Mundo Germán Bravo.
«¿Pero qué más pueden hacer los chilenos? Si Chile intervenía tendría que apoyar a uno o a otro y con ambas naciones tenía estrechos vínculos. Por ejemplo en el Ejército con los alemanes y en la Armada con los ingleses», agrega para BBC Mundo Manuel Gutiérrez.
Y no solo la neutralidad se cuestionó. Los chilenos y los británicos que vivían en Chile se mostraban muy preocupados ante esta guerra que presenciaban en sus propias costas.
«Para 1914 mi abuelo era un niño, pero después de la batalla, ya siendo adolescente, supo que la gente tenía miedo de que estos conflictos entorpecieran el tráfico de carbón«, cuenta a BBC Mundo Manuel Gutiérrez.
Durante más de un siglo la minería fue la principal actividad económica en la zona de Coronel y Lota, debido a los vastos yacimientos carboníferos que se allí hallaron.
Rastros que hablan

A más de un siglo de esta historia, en la ciudad de Coronel quedan algunos rastros, sobre todo de la fuerte influencia británica, reflejada en algunas construcciones.
Debido al apogeo de las minas del carbón, los británicos estuvieron muy presentes en la zona, desde finales del Siglo XIX hasta aproximadamente 1930.
El censo chileno de 1907 señala que dentro de los inmigrantes de las ciudades de Lota y Coronel – 10% de los habitantes- el 8%, correspondía a ciudadanos ingleses.
Actualmente, el Barrio Maule de Coronel conserva fachadas de casas con estilo inglés.
También en la Plaza 21 de Mayo, ubicada en la misma ciudad, se encuentra un reloj de cuatro esferas, donado por el empresario carbonífero Federico Schwager, quien trajo en noviembre de 1881, y desde Inglaterra, esta reliquia.
En esa misma plaza un memorial de piedra por la Batalla de Coronel tiene dibujado en relieve, y a sus costados, a los dos buques caídos. De frente al monolito una emotiva frase por las víctimas, como para cerrar el capítulo, dice: «su único sepulcro es el mar».
Pueden ver mi reportaje en el siguiente enlace: http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-37990404
Rosita Serrano, la cantante chilena que enamoró a los nazis
Por Natalia Messer.
Puede sonar cliché, pero la vida de la cantante chilena María Esther Aldunate del Campo, más conocida como Rosita Serrano, fue una montaña rusa de emociones.

La diva chilena lo tuvo todo: amor, admiración, dinero y éxito, pero para el ocaso de su vida se quedó sin nada.
Su altísima y aterciopelada voz enloqueció a millones de europeos, especialmente a alemanes y altos jerarcas nazis.
Rosita recibió la manifiesta admiración de Adolfo Hitler, Hermann Göring y Joseph Goebbels, quienes no dejaban de elogiar el talento de la chilena.
Era la década del ’30 y todos hablaban de una mujer de un metro ochenta de altura, grandes ojos verdes y cabellera castaña muy arreglada.
El «ruiseñor chileno» (Der chilenische Nachtigall), como le apodaron los alemanes por sus particulares silbidos al cantar, llegó a ser tan famosa como las artistas Zarah Leander y Marlene Dietrich.
«Tenía un don sobrenatural, pero además de ese don, lo más espectacular era su creatividad… era como alguien que se pone a bailar, ¡pero ella lo hacía con su voz!», le cuenta a BBC Mundo Isabel Aldunate, sobrina de la cantante.
Y seguramente también ayudó que fuera incluida por el ministro de propaganda nazi Joseph Goebbels en el programa «Kraft durch Freude«, un sistema que quería organizar todo el tiempo libre de los ciudadanos alemanes.
En la sangre
La joven veinteañera llegó a Berlín con una maleta repleta no solo de ropajes, medias y maquillaje, sino también de sueños.
En la capital alemana esperaba concretar su gran anhelo: ¡cantar, cantar y cantar!

Nacida en la ciudad de Quilpué, llegó a Alemania no solo para interpretar clásicos como Roter Mohn, Schön die Musik o Küß mich, bitte, bitte, küß mich, entre un interminable listado de temas, sino también para poder estar con su madre.
La soprano chilena Sofía del Campo, mamá de Rosita, se había casado en segundas nupcias con un millonario empresario de apellido Salvaj, quien vivía en Berlín, y además se encontraba ligado al Régimen de Adolfo Hitler.
La familia de Rosita tenía tradición musical. Llevaba «die Musik im Blut!» (la música en la sangre), le decía constantemente a medios de comunicación germanos.
Sofía del Campo entre los años 1916 y 1930 hizo carrera como cantante de óperaen Estados Unidos y en algunos países de Europa.
Su abuela también fue una virtuosa pianista, y su bisabuelo, un fabricante de instrumentos. Hoy, una de sus sobrinas, Isabel Aldunate, es también una connotada cantante.
Llegan los aplausos
En Alemania, Rosita estaba convencida de que con su talento cautivaría. Sólo con su voz y la guitarra, se presentó en la compañía disquera alemana Telefunken.
Encantados con su energía, el sello la convirtió rápidamente en una de sus principales estrellas. Con Telefunken produjo alrededor de 81 temas, todos grabados en Alemania y Suecia.
El compositor Michael Jary compuso especialmente para ella y dirigió gran parte de sus grabaciones.
La fama vino con rapidez y también los contratos, las giras por toda Europa y el dinero. ¡Todo era glamour!
«Tenía incluso un auto hecho a su medida. Con el tapiz verde, como el color de sus ojos, decía ella. Sus admiradores le hicieron un Mercedes Benz a su pinta», le cuenta a BBC Mundo Juan Dzazópulos, amigo de la cantante.
Y en el teatro Wintergarten de Berlín llegó la consolidación para la estrella latina. En ese mismo escenario cantó hasta 1942, para cuando Europa se encontraba en plena II Guerra Mundial.
De ídolo a espía
«El arte jamás puede estar mezclado con la política«, era un lema que la cantante chilena repetía constantemente.
Pero en 1943, antes de que comenzaran los bombardeos sobre Berlín, el arte y la política se mezclaron.

Después de haber cantado para los nazis, a Rosita se le acusó de ser una espía a favor de los aliados.
Según antecedentes que aporta la familia Aldunate, mientras la cantante vivía en Alemania realizaba vuelos nocturnos clandestinos para cantar a los judíos que se encontraban protegidos en Suecia.
La chilena cantó sin distinción, en hospitales para heridos de guerra, y tanto para partidarios como para contrarios al régimen.
Y la situación llegó a su clímax un 5 de noviembre de 1943, cuando se despachó una orden de arresto desde Berlín.
Cuando llegó la acusación, sin embargo, «el ruiseñor chileno» ya se encontraba en Suecia. Allí había sido cálidamente recibida por su íntimo amigo el Rey Gustavode Suecia.
«La guitarra de Rosita estaba firmada por el mismo Rey, que era un gran admirador», cuenta a BBC Mundo Isabel Aldunate.
Y la cantante encontró protección en Suecia, aunque ya sin fortuna, pues la había perdido toda en Alemania.
«En Suecia recomenzó. Además, si volvía a Alemania se le acusaría de espía. Los nazis sólo le permitieron sacar sus maletas y la suma de 10 marcos», cuenta a BBC Mundo Juan Dzazópulos.
Glamour oriental
Pese a que tuvo que partir de cero, Rosita ya había construido una carrera y tenía admiradores por toda Europa, quienes también elogiaban su talento políglota (hablaba más de 3 idiomas).
Y en el oriente, durante una gira que realizó en 1947, se enamoró. El millonario egipcio Jean Aghion, un abogado dueño de una fábrica de cristales e hijo del «Rey del Algodón», la llevó al altar.
Con este egipcio-francés, de familia judía, fijó residencia durante muchos años en Alejandría, Egipto.
«Mi tía me contaba que en Alejandría vivían como reyes, porque además eran muy cercanos con el rey Faruq I de Egipto, pero todo esto se vino abajo cuando en julio de 1952 ocurrió el golpe militar«, relata a BBC Mundo Isabel Aldunate.
El coronel Gamal Abdel Nasser destronó al entonces rey Faruq. Bajo el nuevo orden se confiscaron empresas, incluidas las del esposo de Rosita.
La cantante perdió así sus nuevas riquezas y un matrimonio de 15 años legó a su fin cuando su esposo falleció en París en 1963.
Pero «la música, el amor y los hombres atractivos son lo mejor de la vida», decía sin ruborizarse la cantante. Y un nuevo, último amor llegaría con Will Williams, cineasta alemán, dibujante y pintor.
Se cierra la función
La carrera artística de Rosita, que se extendió desde 1938 hasta 1976, sin embargo, parecía acercarse a su fin.
Las luces se hacían cada vez más tenues para esta artista chilena, quien grabó cerca de 160 temas con diferentes sellos musicales y participó también de películas, donde mostraba sus dotes vocales.
El panorama ya no era el mejor, aunque con su última pareja, aparecieron algunas esperanzas.
Surgió la idea de apostar por Hollywood, ya que el dibujante alemán tenía muchos contactos y había pintado cientos de posters de conocidos filmes de la época, como el clásico alemán Der Blaue Engel (El ángel azul), con Marlene Dietrich.
Pero los proyectos de llevar al ruiseñor a Hollywood no funcionaron. Las luces se apagaron para siempre, y Rosita se radicó definitivamente en Chile en noviembre de 1991, sin dinero y sin la fama de antaño.
El reconocimiento en su país nunca llegó, ni tampoco la pensión de gracia solicitada por su sobrina.
«La presenté al Ministerio del Interior. Me tramitaron mucho y cuando me avisaron que había salido, yo les dije muy seca: muchas gracias, pero mi tía se murió hace tres meses, hasta luego», cuenta a BBC Mundo.
Rosita falleció el domingo 6 de abril de 1997, a las 16.20 horas, a causa de una bronquitis crónica que la tuvo internada durante varios meses en el hospital del tórax en Santiago.
Revivir al ruiseñor
En el presente, familiares, cercanos y admiradores de la cantante, quieren revivir su figura.
Quien se encuentra con profunda dedicación en esta labor es su propio sobrino nieto, Pablo Berthelon.
«Todavía tengo el recuerdo de verla llegar con unos pañuelos en la cabeza, tipo turbantes, con tres o cuatro perritos amarrados y una pose muy de diva», rememora para BBC Mundo Pablo.
El cineasta chileno conoció a la cantante cuando tenía siete años. Cuenta que siempre fue el personaje excéntrico de la familia, del cual se colgaban muchos mitos.
Ansioso también por saber más de su tía abuela, Pablo decidió realizar una pieza documental en 2012, la que tuvo mucho éxito tanto en Latinoamérica como Europa.
«Rosita, la favorita del Tercer Reich», narra en extenso la vida de la cantante a través de quienes tuvieron la oportunidad de conocerla.
E impulsado por el éxito de la pieza, Pablo decidió llevar la historia de Rosita a la pantalla gigante.
«Quiero volver a colocar en el sitial que merece la figura de Rosita, como algo que nunca tuvimos, pero que sí existió», le dijo a BBC Mundo.
La película, que llevará por título una de sus canciones más conocidas, «Roter Mohn» («La amapola roja«), se grabará a mediados de 2017 y las locaciones serán en Alemania.
Aunque no es solo Pablo quien quiere devolver ese sitial a Rosita. Su sobrina, Isabel Aldunate, también busca a través del canto, y con un repertorio de temas bajo la manga, revivir al ruiseñor.
Pueden ver también mi reportaje en el siguiente enlace: http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-36735309
Las huellas e historias que dejó en Chile la tripulación del S.M.S. Dresden
Por Natalia Messer.
Después de la odisea del barco alemán S.M.S. Dresden y la internación de su tripulación en la isla Quiriquina, todavía es posible encontrar huellas e historias de esta aventura marítima.

Chile, invierno de 1919. Los más de 300 hombres que conformaban la tripulación del hundido buque alemán S.M.S. Dresden tuvieron que volver a su patria. La Primera Guerra Mundial había terminado y, conforme al derecho internacional, no era necesario que siguieran retenidos en la isla Quiriquina.
Los marinos del Dresden dejaron cientos de historias y huellas en un país en el que incluso algunos quisieron quedarse. En la isla, la tripulación del Dresden se volvió conocida entre los habitantes de la zona. Los marinos establecieron lazos con la comunidad alemana y chilena, tanto así que hoy no es extraño encontrarse con generaciones de hijos, nietos y bisnietos que descienden de estos hombres.
Huellas históricas
La vida en la isla Quiriquina era organizada y había mucha actividad. Destacan, por ejemplo, los conciertos del orfeón del Dresden en ciudades como Concepción y Talcahuano. Asimismo, aún es posible encontrarse en la misma Quiriquina con un museo que expone objetos como lámparas y adornos de madera fabricados por los propios marinos.
Otra curiosidad fue el Quiriquina Zeitung, un diario de circulación interna, en alemán, que la tripulación publicó por esos años. El historiador chileno Armando Cartes Montory cuenta a DW que hace muy poco se volvió a reeditar en la ciudad de Concepción el periódico, a modo de recordar el centenario del hundimiento del S.M.S Dresden, ocurrido en 1915 en el Archipiélago de Juan Fernández.
“El Quiriquina Zeitung cubría noticias de la isla durante la internación, aunque esto no fue lo único que hicieron los marinos. Algo muy típico alemán fue instalar pequeñas huertas que se asignaban entre ellos, donde también construían pequeñas casas de madera”, cuenta Cartes.
Adiós, Chile
Ese 31 de agosto de 1919 la mayoría de la tripulación dejó el país, aunque algunos no quisieron irse porque “no todos querían volver a una Alemania destrozada, donde no había tanto vínculo. Hay que recordar que llegaron muy jóvenes al país”, explica el historiador.
Los familiares de estos marinos alemanes, hoy en día, se encuentran por todo Chile. Algunos no tienen tantos recuerdos sobre esta odisea, pero hay otros que sí recuerdan y que además han mantenido estas memorias a lo largo del tiempo.

El constructor de Reppen
Un ejemplo de seguir huellas es el de Melitha Krause Schwartinsky, hija de Max Otto Krause Busch, suboficial del S.M.S Dresden, oriundo de la ciudad alemana de Reppen (actual Polonia).
En la memoria de Melitha Krause está la imagen de un “hombre bondadoso, muy tierno y preocupado de su esposa e hijos”. Ese recuerdo impulsó a esta hija a investigar por cinco años la historia de su padre y el Dresden, lo cual luego dio vida al libro “Tras las huellas de mi padre”.
Max Otto Krause se unió al S.M.S Dresden teniendo solo 21 años. En Chile se casó, tuvo 11 hijos y se dedicó a la construcción, profesión que incluso estudió en Alemania. En Chile estuvo siempre viajando por todo el país, debido a su trabajo, hasta que en 1953, y con 61 años, falleció de un infarto al miocardio.
Melitha Krause cree que el hundimiento del barco dejó huellas en la salud de parte de la tripulación: “Fue una hazaña salir del buque. Los que salieron nadando, como mi padre, tuvieron un costo físico. Recuerdo a mi papá hablar de un dolor en su rodilla. Él decía que se debió al frío del pacífico”, relata.
El aspirante a ingeniero
Hermann Schüssler nació Stettin, ahora perteneciente a Polonia. Se unió a la Kaiserliche Marine en 1908 y en el otoño de 1913 se embarcó en el crucero Dresden como aspirante a ingeniero.
Al igual que Max Krause, se quedó en Chile y formó familia. Su nieto, Alex Schüssler, cuenta que su abuelo conoció a su futura esposa durante su internación en la Quiriquina. “Todos los domingos a la isla iba gente de la colonia alemana. En una de esas visitas conoció a mi abuela. Incluso, estando en la Quiriquina, se comprometió con ella”, cuenta.

Para el fin de la internación, Hermann Schüssler volvió a Alemania, pues era hijo único y debía visitar a su madre viuda. Pero cumpliendo con lo prometido a su novia, Luisa Schaub, regresó al año siguiente a Chile y se casaron.
Alex Schüssler agrega también que su abuelo durante toda su vida (murió a los 81 años) siguió contactado con otros marinos sobrevivientes del S.M.S Dresden. “Mi abuelo volvió dos veces a Alemania. Ahí se juntó con la gente del Dresden y también con su promoción de aspirantes a ingenieros”, cuenta.
Actualmente, tres nietos de Hermann Schüssler han instalado en el centro sur de Chile la panadería “Dresden”, que lleva este nombre en honor al buque que hace aproximadamente un siglo trajo a su abuelo a este país.
La otra lucha mapuche: que no se muera el mapudungún
Por Natalia Messer
El mapudungún, “la lengua de la tierra” en español, ha sido alabado por su riqueza lingüística. Sin embargo, su existencia peligra, pues cada día quedan menos hablantes.

Todavía recuerda el poeta mapuche Elicura Chihuailaf Nahuelpán que siendo niño se sentaba frente a un fogón en su casa, ubicada en el sur de Chile, a escuchar las historias de sus abuelos. Los colores, olores y las sensaciones despertaron su imaginación y el gusto por la poesía.
Si bien es posible encontrar su obra en alemán, inglés, francés, holandés e italiano, Chihuailaf escribe en español y mapudungún. Lo hace en esta última lengua como una forma de reivindicar a su etnia: el pueblo mapuche. Pero el mapudungún podría desaparecer si no se preserva. Cada vez quedan menos hablantes tanto en Chile como Argentina (países donde habitan los mapuches). Según un estudio del lingüista chileno-suizo Fernando Zúñiga, hay alrededor de 202.000 hablantes de mapudungún en todo Chile. La mayoría proviene de poblaciones rurales y tienen edad avanzada.
Alemania y el mapudungún
Uno de los primeros libros de gramática mapudungún lo escribió el religioso jesuita alemán Bernardo Havestadt, quien elogió la lengua por su perfección y la comparó con idiomas europeos contemporáneos. El Dr. Antonio Sáez Arance, del Instituto de Historia Ibérica y Latinoamericana de la Universidad de Colonia, conversó con DW sobre la importancia que tiene esta lengua en Alemania y por qué se traducen textos del mapudungún al alemán, como el caso de Chihuailaf.
“En Alemania hay una tradición de filología, de interés por las lenguas en general. Luego se añade una eclosión de movimientos indígenas en América Latina. Otro aspecto de fascinación fue que los mapuches son el único ejemplo de resistencia frente a la colonización española”, explica el académico.
Un canto azul
Azul es un color central en la obra de Elicura Chihuailaf. “Lo azul tiene que ver con un relato de origen nuestro, que dice que el espíritu mapuche viene desde el azul del oriente, desde donde se levanta el sol y de un momento específico que es cuando termina la noche y el día”, explica el poeta a DW.

La lucha de los mapuches no es solo por su idioma, sino también por reconocimiento y tierras.
La conexión con la naturaleza es fuerte para el pueblo mapuche, como han destacado autores ajenos a esta etnia. el poeta chileno y Premio Nobel de Literatura, Pablo Neruda, dedicó palabras a los mapuches. Y por eso mismo Chihuailaf decidió traducir algunos de sus poemas, porque “me di cuenta de que Neruda había entrado en el corazón del mundo mapuche y eso no lo había leído en ningún poema de algún escritor chileno”, confiesa.
La otra lucha mapuche
Al denominado “conflicto mapuche”, que mantiene al Estado de Chile en una pugna con el ancestral pueblo, que exige devolución de tierras y reconocimiento cultural, entre otras demandas, se viene a sumar otra: la lengua y su preservación. “Aquí hubo una invasión a nuestro territorio en todo sentido. Se atenta contra la naturaleza y se denosta a nuestro pueblo”, dice Chihuailaf.
Para Sáez Arance la lengua mapudungún y la cultura mapuche, en general, no se intentan preservar del todo en Chile, porque “como estado se resiste a la idea de reconocer la diversidad étnica y cultural, hasta el punto de que la Constitución de Chile no reconoce diversidad cultural o la existencia de una minoría étnica o de otras minorías”, comenta.
Pero se vislumbra esperanza, cree el académico, pues las generaciones jóvenes están más activas, especialmente con el reconocimiento del pueblo mapuche y la conservación del mapudungún. En tanto, el poeta Elicura Chihuailaf sigue conectado a la naturaleza casi como si fuese una extensión más de su cuerpo, y a través de sus poemas lleva otra lucha indígena más: seguir hablando y escribiendo “la lengua de la tierra”.
Link: http://www.dw.com/es/la-otra-lucha-mapuche-que-no-se-muera-el-mapudung%C3%BAn/a-18883455
Mujeres en acción: el feminismo europeo y latinoamericano
Por Natalia Messer y Bianca Villanova
En Europa y Latinoamérica los movimientos feministas han tenido sus propias reivindicaciones. Pero el fin es común: una relación más equitativa e igualitaria frente al género masculino.

Desde tiempos antiguos la mujer ha tenido diferentes roles. Desde madre, hija, esposa, hasta reina y estadista. La mujer ha sido por siglos un paradigma envuelto de sensualidad, belleza y ternura. Pero desde el feminismo se dice que la mujer es más que esa categoría o ideal de hermosura y cuasi perfección.
En una nueva era, siglo XXI, las mujeres asumen nuevos roles. Ellas se dan cuenta de que pueden realizar tareas que en el pasado les estaban negadas, como por ejemplo tener derecho a sufragio, participar activamente en la política o ejercer otras profesiones, esta vez fuera de la casa.
De Simone a los gritos callejeros
Un día Simone de Beauvoir publicó uno de sus más controversiales libros: El Segundo Sexo. De ese texto nacieron pautas fundamentales para el feminismo en Europa, e incluso en otros continentes.Temas que tenían que ver principalmente con la igualdad de derechos en temas sexuales y los roles sociales de las mujeres. Esas demandas hoy en día se siguen gritando por las calles.
Son casi 100 años de movimiento feminista en Europa. En este siglo algunas viejas identidades del feminismo han cambiado. Han aparecido también nuevas perspectivas, donde se exige una posición más abierta con las diferentes categorías de género y sexualidad.
La investigadora alemana Jana Günther del Instituto de Sociología de la Universidad de Dresde, explica en entrevista con DW que en Europa ya se ha logrado mucho en relación a los derechos en materia de igualdad de género, aunque advierte que aún queda mucho por hacer, sobre todo en lo que respecta a la igualdad económica. “Pocas mujeres ocupan puestos de responsabilidad en las empresas. Y cuando hay mujeres en estos puestos, es porque son de una determinada clase social. También hay profesiones que tienen un predominio de mujeres, especialmente en las áreas sociales, pero en los que se reciben salarios más bajos”, señala.
Latinoamericanas en acción
Según el Global Gender Gap, estudio de 2014 que mide las brechas de género, en Latinoamérica 14 de los 26 países analizados lograron una proporción igual entre hombres y mujeres del 70 por ciento, detrás de América del Norte y Europa con 75 por ciento y Asia Central con 72 por ciento.
Desde el Centro Feminista de Estudios y Asesoría (CFEMEA) de Brasil explican que cada país en Latinoamérica tiene su propia pauta y ritmo. “En Brasil por ejemplo este año se aprobó la tipificación del femicidio, que ya es reconocido en otros países como México, pero aún no se ha incorporado en las políticas de seguridad pública”, declaran.
La doctora en Antropología y Diversidad Cultural Herminia Gonzálvez concuerda con la visión del CFEMEA sobre la diversidad de las demandas: “Siempre es difícil caracterizar un movimiento por los matices y colores que éstos tienen, pero esto también es parte de la riqueza que tienen los movimientos sociales en general y el movimiento feminista en particular”, dice la directora del Centro de Investigaciones Socioculturales de la Universidad Alberto Hurtado en Chile.
Cada realidad nacional tiene sus propios temas. Por ejemplo, en Colombia la violencia tiene altas cifras y preocupa. En otros países como Chile se ha comenzado a discutir la despenalización del aborto terapéutico en tres causales (inviabilidad del feto, violación y peligro de muerte de la madre). Aunque también hay puntos en común dentro del continente, como por ejemplo lograr una mayor autonomía económica o que no existan diferencias salariales por género en los empleos. Estas demandas mantienen en movimiento constante a las mujeres de Europa y Latinoamérica.
Link: http://www.dw.com/es/mujeres-en-acci%C3%B3n-el-feminismo-europeo-y-latinoamericano/a-18848898